Las cosas cambian. Lo que hoy está presente puede que mañana
no lo esté y lo que estuvo y hoy no está, puede que mañana vuelva. Cada hora,
cada minuto puede cambiar tu historia, tu futuro, tu personalidad y tus
sentimientos. Puede que quieras volver atrás, que te guste mucho más el
presente o que desees que el futuro sea mejor, pero no te queda más remedio que
afrontar lo que tienes con entusiasmo. Una simple frase puede hacerte ver cómo
cambia tu presente y lo diferente que será tu futuro, por mucho que te pese. Como
te separarás de lo que quieres y permitirás la entrada en tu vida de otras
cosas que apreciaras y pasarás a necesitar.
Nada te ha preparado para ese momento. Sientes que no has
aprovechado lo suficiente el tiempo. ¿Todo cambiará? Tal vez, o a lo mejor no
tanto. Piensas en cada palabra dicha, en cada acción descrita en el gran mapa
de las relaciones personales. Lo estás perdiendo. Pierdes, pierdes, pierdes.
Llega la sensación de vacío y de miedo por no poder reemplazar lo que tienes.
Todo llega, no intentes sustituirlo por ti mismo, ya llegará algo o alguien que
sea digno de ello. Etapas de la vida que separan y que no sabes si volverán a
juntar. Quedarte solo y pensar que has llegado a la cúspide de algo, y, sin
embargo, sentirte más vacío que nunca. El principio te llena, el final te
vacía. Necesitarlo. Pensar. Llorar.
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