Cruda y fría, cruel e injusta, asfixiante y perturbadora son adjetivos que definen a la distancia. No aquella que medimos con metros ni aquella que usamos para hablar de lo lejos que queda la panadería. Es la distancia de los sentimientos la que nubla tu mente y te ahoga. La que te hace perder los nervios y te empuja hacia lo más hondo donde solo se oyen los latidos de los duendes de tus pesadillas. Esa distancia que se cuela en tu cerebro y hace que tu corazón se enfríe. Llegará un momento en tu vida en el que tendrás que enfrentarte a ella, quizás solo por unos días o quizás para siempre. Quizás ella se llevará a un amigo, a un familiar o quizás a tu pareja…no importa que ni cuanto, el caso es que pasará. Pero en ese momento, cuando la distancia se lleve tu sonrisa y la soledad quiera añadirte a su séquito no flaquees, no te permitas derrumbarte, no le dejes lugar a la inseguridad. En ti reside la fuerza necesaria para enfrentarla, sólo tu que conoces tus debilidades puedes doblegar su poder, más no te engañes…no la derrotarás, ni siquiera harás disminuir el dolor que ella te produce, tan sólo aprenderás a convivir con ella, entenderás que cerca y lejos son posiciones relativas que no ponen barreras al amor y cuando lo asimiles, cuando seas consciente de ello, serás libre de las garras de LA DISTANCIA.
Escrito por Ana Hernández Díaz.
Increíble. Te felicito Ana...
ResponderEliminar