Los finales no siempre terminan. Las amistades no siempre
caducan. Existen los reencuentros que, tal vez, no sean necesarios. Existe la
pervivencia de un buen sentimiento, aún mayor cuando es compartido. Existe el
vivir acompañado, existen las emociones que se crean. Existe el cariño entre
las personas, incluso cariño que no muere. Existen risas y existen momentos
felices. Existen futuros sobrepuestos y caminos que siempre serán paralelos. Existe
valor y existe la lucha. Luchar para dejar en nuestras vidas todo lo vivido y
para acumular lo que llega.
¿Cuánto tiempo le queda a tu memoria? El que tú decidas
compartir y recordar. A mi memoria le queda mucho tiempo; lucharé para que sea así. Dejaré en mi vida todo
lo que he vivido con ellos y acumularé muchos más recuerdos. No tenemos por qué
acabar, no tenemos por qué enfermar. No permitiremos que la enfermedad sea
nuestra muerte, porque la enfermedad se puede curar. Apartando nuestra pereza,
volveremos a vivir lo que hasta ahora hemos vivido, recordaremos. Recordaremos
lo que nos necesitamos y será como vivir la realidad, porque siempre nos
necesitaremos.